Conversación acerca de "El libro de los Cerdos" y "El túnel"

Hablemos de libros


El libro de los Cerdos y El túnel de Anthony Browne 

Por Lorena Fernanda Pérez y María José Salinas (*)

“Nosotros no sabemos
lo que pensamos sobre un libro
hasta que hemos hablado de él”
En Dime de Aidan Chambers


 
Los dos libros álbumes seleccionados, El libro de los cerdos (1986) y El túnel (1989) de Anthony Browne, nos invitan a abrir las puertas de dos casas, a conocer a dos familias, identificar sus conflictos cotidianos, cómo son resueltos y recordar siempre la importancia de ponerse en el lugar del otro.



Lorena - La tapa del primer libro adelanta el argumento de la obra. En ella aparece una mujer, uno de los personajes protagonistas, quien carga literal y literariamente con sus hombres, esposo e hijos, ya que se encarga de todos los quehaceres de la casa, además de su trabajo fuera del hogar. Esa carga se vislumbra en su rostro apagado, sombrío, antítesis de las sonrisas que esbozan sus hijos y marido.

María José – Sí, la apatía, ingratitud y pasividad de los personajes masculinos conduce a la señora de la Cerda al evidente agotamiento y abandono de su familia. Sólo deja una nota sobre la mesa que expresa la furia contenida y su punto de vista: “Son unos cerdos”.

Lorena – Así es, la imagen del momento en que el señor de la Cerda encuentra dicha nota aparece tanto en la contratapa como en una de las páginas de la historia. Es su mano de puerco la que la toma unos segundos más tarde del ingreso a su casa la tarde de la gran sorpresa de la ausencia de ´su´ señora. Acá comienza a vislumbrarse el conflicto familiar.
 
María José – Con respecto a la obra El túnel cuyo título nos llama a transitarlo y descubrir qué habrá del otro lado, también parte de las dificultades de la convivencia familiar, en esta oportunidad entre dos hermanos que son diferentes en sus actitudes y gustos.

Lorena – Sí, tanto un libro como el otro, permiten trabajar la cooperación, la unión familiar y el amor fraternal.

María José – Sí, valores dormidos al comenzar cada una de las obras, pero que se recuperan para poder resolver los conflictos familiares.

Lorena – Las apariencias, en el caso de El libro de los Cerdos y la ausencia de aceptación de las diferencias, en el caso de El túnel son el puntapié que dan inicio a estas historias.

María José – Un hecho relevante para destacar es que en El libro de los Cerdos, los niños y el padre comienzan a metamorfosearse en cerdos al traspasar la puerta de su casa esa tarde que no hubo nadie que los recibiera. El proceso de transformación no se evidencia ni en la imagen ni en el texto, es decir, está elidida. Hay un salto temporal desde la tarde del abandono, aunque la metamorfosis se presiente desde la sombra de cerdo del padre proyectada en la pared, más tarde en el picaporte, retratos, estufa, entre otros elementos, hasta la decisión de encarar la vida como cerdos.

Lorena – Importante también es la relación entre el título y la imagen de la tapa. Al principio desconcierta, ya que los personajes son seres humanos y no cerdos. La familia paradójicamente se apellida De la Cerda y ya desde la primera página donde se presentan los personajes en un espacio determinado, no está en ella la mujer, ya que creemos que no disfruta del afuera debido a las tareas del adentro. No menos significativo es que la palabra “esposa” es la última que se menciona mostrando la indiferencia hacia este personaje.

María José - Es una Cenicienta contemporánea que se dedica a la casa y el trabajo y espera/desea y -más tarde- pretende ser valorada.

Lorena - Los tres personajes masculinos, su marido y los dos hijos se corresponderían a la madrastra y sus hijas.

María José - Evidentemente, la señora necesita dar un escarmiento a su familia y cuando la casa-chiquero, acuciada por la suciedad de sus paredes, alfombras y utensilios de cocina, entre otros, parece no tener redención, la puerta se abre y es ella, la señora De la Cerda, quien llega como un rayo de luz e ilumina tanta oscuridad, regresa para redimir el desorden familiar.

Lorena – Sí, es a partir de este momento -en donde el caos comienza a desvanecerse- en donde los personajes masculinos dejan de ser cerdos. Es evidente que se hace presente una vez más el recurso metaficcional a través de la metamorfosis.

María José – Claro, los personajes retoman su naturaleza humana y la casa vuelve a la normalidad. La transformación, también aparece en El túnel, hacia el final de la historia, cuando Juan, convertido en piedra, va recuperando su fisonomía humana gracias al abrazo y lágrimas de Rosa, su hermana.

Lorena – También, se observa el cambio de roles, tema de las familias actuales. Se percibe a partir del regreso de la señora De la Cerda. Los hombres experimentan que deben ayudar en las labores de la casa y así alivianar las cargas.

María José - Tanto los hombres como la mujer comienzan a disfrutar de lo que antes no hacían. Así se derriban los prejuicios de que existen ciertas tareas destinadas a unos u otros. Este es uno de los tantos mensajes que nos deja la historia.

Lorena - El alivio de trabajo de la señora De la Cerda la beneficia, ya que la rejuvenece desde la mirada de uno de sus hijos.

María José -Sólo en las dos últimas páginas aparece esta voz protagonista de los hechos. A lo largo del relato es una tercera persona la que narra los sucesos.

Lorena - La obra El túnel cuyo título nos llama a transitarlo y descubrir qué habrá del otro lado, también parte de las dificultades de la convivencia familiar, en esta oportunidad entre dos hermanos que son diferentes en sus actitudes y gustos.

María José - En esta narración, la lectura de las guardas es muy interesante, ya que nos manifiesta el antes y el después de la historia. Los espacios antagónicos, el adentro y el afuera, donde habitualmente están los personajes, nos revelan que parece imposible unir esos dos mundos. Sin embargo, la unión se evidencia en la pelota de fútbol y en el libro, uno al lado del otro, en el ámbito externo que prefería el hermano.

Lorena - En las tres primeras páginas, el autor utiliza el paralelismo en el texto y la antítesis en las imágenes para presentarnos a los personajes cuyas características psicológicas son tan disímiles, propias del género, que los conducen a constantes peleas.

María José - El hilo de la historia cambia a partir de la pérdida de la paciencia de la madre quien les aconseja que intenten llevarse bien por lo menos una vez. En este caso, así como en El libro de los Cerdos, es la mujer la que toma la iniciativa y deja que sus seres queridos experimenten, tomen conciencia y busquen solos la solución a sus problemas.

Lorena - La osadía del hermano lleva a los dos, Juan y Rosa, a enfrentar el bosque, es decir, a enfrentar los miedos. El bosque está repleto de intertextos, de elementos y personajes de cuentos tradicionales, entre ellos el hacha del leñador, el lobo vestido de abuelita, las miguitas que comen las aves, entre otros.

María José - Rosa, amante de la literatura infantil, a pesar de la sensación de miedo que experimenta al leerla, está vestida de rojo y nos recuerda a Caperucita, también nos recuerda el amor fraternal de Gretel por su hermano. Amor que la acerca a Juan, que lo lleva a salvarlo con un cálido abrazo. Abrazo de reconciliación, secreto cómplice que no será confesado a su madre cuando al final de la historia percibe el cambio producido en ellos.

Lorena - Lo significativo de las obras analizadas son los colores y objetos que amplían lainformación y nos brindan intertextos de cuentos tradicionales. En El libro de los cerdos, por ejemplo, la sombra del lobo desde la ventana, acechando a los tres cerditos.

María José – Y también hay intertextos de creaciones pictóricas contemporáneas, ya que, cuando los personajes masculinos socorren a su madre para pedir su servicio de manera hiperbólica, esas imágenes son espejo de la pintura “El grito” de Munch.

Lorena - Y en El túnel, cuando Rosa cruza apresurada el bosque, las figuras en los árboles que aluden a los personajes de las historias tradicionales y elementos propios de ellas como el hacha, la canastita de Caperucita, entre otros. También, en la habitación de la niña, hay una casita como la de Hansel y Gretel y un cuadro que refiere el encuentro entre Caperucita y el lobo. A su vez, su hermano aparece con una máscara de lobo para asustarla. A esto se suma, la vestimenta de Rosa, un tapado rojo que cuelga de su ropero, que usa de forma constante y que recuerda a la tradicional caperuza, tal como comentaste anteriormente.

María José – Sí, y en cuanto a los colores, en El libro de los Cerdos, predominan los pasteles desde los elementos paratextuales como la tapa, contratapa y guardas. Estos colores nos revelan las imágenes masculinas que dominan la página en su totalidad y en algunos casos salen de ella.

Lorena – Sin embargo, en color sepia se perciben las secuencias relacionadas con la madre cuyo rostro nunca se muestra. La sucesión de imágenes ocupa cuartos de página demostrando su escaso protagonismo y profundizando su estado de sumisión.

María José – Esto se ve claramente en el momento en que el señor De la Cerda está por “comer-devorar” una salchicha. La imagen está repleta de color y es tan grande que no cabe en la página. En contraste con la hoja continua que está dividida en cuatro donde se observa a la mujer en sepia realizando sus quehaceres rutinarios.

Lorena – El protagonismo de la mujer se alcanza al final de la historia cuando ella ya ha logrado un cambio de actitud en su familia. Se la muestra en el centro de la página, de frente, con colores y sonriente.

María José – Efectivamente, dos obras que dan para seguir charlando, así es que les hacemos la invitación a ustedes que están del otro lado de la pantalla…¿Se suman dejando un comentario?

 Fundamentación de las obras de Browne

Esperamos que les entretenga y disfruten de este “Hablemos de libros”, tanto como nosotras al hacerlo,  creemos que el diálogo es fundamental en la promoción de la lectura, el acercamiento a nuevas experiencias ficcionales y el encuentro de dos almas. A través del curso al que asistimos (“¿Cómo promover la lectura en niños y jóvenes?”, dictado en EDELIJ), hemos experimentado la magia que rodea a la infancia, hemos regresado a ella desde la reflexión, el análisis y el recuerdo y nos hemos sorprendido niñas una vez más.

Encontramos en la literatura de Browne una puerta que conducirá a todo niño a experimentar y revivir mundos cotidianos y paralelos, mundos reales y ficticios, temáticas que pueden abordarse desde distintas perspectivas, riqueza intertextual y creativa, mensajes positivos, rechazo a los prejuicios y el respeto a las diferencias.

Por esto y porque su texto es breve y su lenguaje, sencillo, sin dejar de ser sugerente. Porque sus imágenes son claras y elocuentes y aportan sentido a la palabra, es que consideramos confiable acceder a su obra y aconsejamos su lectura. 

Bibliografía
-Browne, Anthony. El libro de los Cerdos. Fondo de Cultura Económica, México, 2012
-Browne, Anthony. El túnel. Fondo de cultura económica, México, 2012 
-Chambers, Aidan. Dime. Fondo de cultura económica, México, 1993
-Juri, Silvina. “Sobre los libros de juego intertextual con los cuentos populares”. En: El lector ante la obra hipertextual, Horsori, Barcelona, 2010
-Pennac, Daniel. Como una novela. Anagrama, Barcelona, 2006
-Reyes, Yolanda. La casa imaginaria. Grupo Norma, Bogotá, 2007 




(*) Lorena Fernanda Pérez y María José Salinas son Profesoras de Grado Universitario en Lengua y Literatura por la UNCuyo. La  conversación ecerca de ambos libros del autor Anthony Browne forma parte del trabajo realizado por M.J.Salinas y L.F. Pérez para el Curso-Taller: “¿Cómo promover la lectura en niños y jóvenes?” (Resolución Nº 0221/2011) coordinado por la profesora Silvina Juri y organizado en la sede de EDELIJ (Mendoza).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso trabajo chicas, excelente para dar en un taller Literario, para aprender a analizar obras/cuentos. Y como no podìa ser mejor, de la mano de EDELIJ. Felicitaciones.

María José dijo...

Muchas gracias por su comentario! El curso nos enriqueció muchísimo y nos encantó elaborar el análisis de las obras!